El secretario general de la ONU, António Guterres, anunció al nuevo buen oficiante de la organización mundial para resolver el reclamo de Venezuela por el territorio Esequibo. Por primera vez en casi 30 años de vigencia de ese mecanismo de solución controversias, el cargo lo ocupará un no caribeño, el diplomático noruego Dag Nylander, actor en la negociación del acuerdo de paz entre el Gobierno de Colombia y las FARC, quien tendrá diez meses para arrojar unos resultados que permitan mantener vivo el medio hasta hallar una solución definitiva y satisfactoria para las partes.
El anuncio lo hizo el portavoz de Guterres a través de un comunicado que emitió el 27 de febrero, lunes de Carnaval. En el texto reiteró lo dicho por su antecesor Ban Ki-moondicho por su antecesor Ban Ki-moon, que el proceso estará vivo hasta finales de este año y que Nylander tendrá un “mandato reforzado de mediación”, lo que quiere decir que irá más allá de sentar a las partes a dialogar, hará propuesta y buscará que las partes hallen una salida.
Insistió en que si al final de 2017 “no se ha logrado un avance significativo hacia un acuerdo completo para la solución de la controversia, el secretario general elegirá la Corte Internacional de Justicia como el siguiente medio de solución” a menos que las partes, en conjunto, pidan lo contrario. Esto último es el objetivo de Georgetown, pero no el de Caracas.
Venezuela y Guyana mantienen una controversia por el Esequibo y las áreas marinas y submarinas que su proyección genera. Georgetown asegura que la zona es suya, según lo decidió el Laudo Arbitral de París, de 1899. Venezuela afirma que tiene derechos de soberanía en el territorio y mantiene como política de Estado que la decisión internacional es nula írrita.
La reclamación, que data de cuando Guyana era parte del Reino de Gran Bretaña, sigue viva por el Acuerdo de Ginebra, firmado en febrero de 1966, que establece que las partes “deben buscar soluciones satisfactorias para el arreglo práctico de la controversia.
De la necesidad de hallar salidas fue que se optó, a finales de la década de los ochenta, por los buenos oficios de la ONU, que adelanta un representante del secretario general de la organización mundial –escogido por las partes- que debe instar a solventar el diferendo. Ha habido tres buenos oficiantes: Alisyter McIntyre, de Grenada; Óliver Jackman, de Barbados, y Norman Girvan, de Jamaica, que falleció en abril de 2014.
Venezuela ha apostado por mantener los buenos oficios, basados en la negociación y el acuerdo, por considerar que son la mejor opción para hallar una salida a la controversia y evitar la justicia internacional, arena en la que no ha obtenido buenos resultados.
Guyana mantuvo esta posición hasta que David Granger llegó al poder en 2015. Desde ese momento todo se fue ajustando para tratar de demostrar que el mecanismo se agotó y que había que tomar otro camino, el de la Corte Internacional de Justicia, con sede en La Haya.
Diplomático estrella. El comunicado de Gueterres dice que Nylander nació en 1969 y es abogado de la Universidad de Oslo que habla con fluidez el español y el inglés. Fue embajador de Noruega en Argentina de 1999 a 2001, delegado ante la ONU entre 2001 y 2004 y encargado de negocios de la embajada de su país en Colombia, de 2006 a 2008.
“Fue, como también lo dice el texto, uno de los mediadores entre el Gobierno y Colombia y las FARC de 2012 a 2016 y es hijo de una activista de los derechos de la mujer”, indicó una fuente diplomática que declaró bajo condición de anonimato.
Su último rol ha sido el de uno de los enviados especiales de Noruega para el diálogo de paz entre el Ejecutivo de Juan Manuel Santos y la guerrilla de las FARCenviados especiales de Noruega para el diálogo de paz entre el Ejecutivo de Juan Manuel Santos y la guerrilla de las FARC, que lo llevó a estar entre Oslo y La Habana, Cuba. El medio digital El Español publicó una nota que lo presenta como el líder del equipo de seis personas que Oslo seleccionó para este proceso. BBC Mundo asegura que estuvo en todos los momentos clave de esa negociación.
“En los puntos de alta tensión, su presencia parecía llevar calma al procedimiento, una voz externa y un sentido de orden noruego para alcanzar el fin de un conflicto enredado y amargo”, agrega el trabajo publicado en el medio de comunicación inglés.
Ha sido durante esos años en los que los delegados de Venezuela, liderados por el exdiplomático Roy Chaderton, también encargado por Caracas para llevar la relación con el buen oficiante de la ONU, debieron conocerlo de cerca.
La selección del buen oficiante la anuncia el secretario general de la ONU pero es el resultado de un acuerdo y escogencia previa de las partes; es decir, Venezuela y Guyana.
Más allá de esto, no se conoce mucho de él. En una búsqueda rápida en internet no se habló nada de una posible experiencia en el manejo de un tema relacionado con límites territoriales ni con áreas marinas y submarinas.
«Noruega es interesante. Dag Nylander tiene un reto, revertir más de 100 años de errores en el caso del Esequibo», expresó el abogado e internacionalista venezolano Daniel Merchán.
Nylander dijo a través de su cuenta en Twitter que la designación era un honor. La responsabilidad y el reto serán grandes, tendrá 10 meses para que su mediación arroje resultados que no se han podido presentar en más de 324 meses de vida de un mecanismo que han liderado tres funcionarios distintos.
“Preocupa lo que leo, de que el mediador durará un año y, si no, el tema se llevará a la Corte”, precisó el exdiplomático venezolano Alfredo Michelena.
Y es que el camino se empina más cuando se sabe que una de las partes, Guyana, quiere pasar la página a este medio de solución pacífica de la controversia y llevar el tema a la Corte Internacional de Justicia, donde se siente más cómoda – a diferencia de Venezuela- y donde cree que el resultado le será favorable.
“Si vamos a la Corte Internacional de Justicia perderemos el Esequibo”, advirtió vía digital la ONG Mi mapa de Venezuela incluye nuestro Esequibo.
“Es muy temprano para pronosticar algo. Sin embargo, el hecho de ver, conocer, participar, tiene sus matices en negociación. La aceptación de las partes muestra la cercanía de la diplomacia cubana”, indicó la internacionalista Mirna Yonis.