Expertos: Amenaza de retirar a Venezuela de la OEA busca inhibir a países para evitar reunión de cancilleres

Expertos: Amenaza de retirar a Venezuela de la OEA busca inhibir a países para evitar reunión de cancilleres

La amenaza de la canciller de Venezuela, Delcy Rodríguez, de que el país saldría de la Organización de Estados Americanos (OEA) si se aprueba que los ministros de Relaciones Exteriores del hemisferio analicen la crisis en Caracas es vista por especialistas como un mecanismo de presión para impedir que haya los votos suficientes para convocar este 26 de abril ese encuentro.

Rodríguez sorprendió a todos la noche del 25 de abril cuando lanzó la advertencia a través del canal del Estado (VTV). “De realizarse alguna reunión de cancilleres de la OEA que no cuente con el aval, con el consentimiento del Gobierno de Venezuela, he recibido instrucciones del jefe de Estado, Nicolás Maduro, de que inicie el procedimiento de retiro de Venezuela de esta organización”, indicó.

Al mediodía del 26 de abril el Ministerio de Relaciones Exteriores de Venezuela emitió un comunicado en el que rechaza la actuación del secretario general de la OEA, Luis Almagro, y el intento de convocar la reunión de cancilleres y dice que no «atenderá ninguna iniciativa en el marco» de esa institución.

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La canciller de Venezuela, Delcy Rodríguez. Foto cortesía cuenta twitter @vencancilleria

Lo expresado por la encargada de la diplomacia venezolana es la respuesta a la decisión de 16 países de América de solicitar para el 26 de abril una reunión extraordinaria del Consejo Permanente de la organización hemisférica para plantear el encuentro de cancilleres para analizar el caso Venezuela.

Diversos expertos han afirmado que el proceso de retiro no es tan fácil, debe contar con la aprobación de la Asamblea Nacional y podría tomar hasta dos años para hacerse efectivo, período en el que Caracas debería cumplir con todo lo que establece la organización hemisférica.

El internacionalista venezolano Kenneth Ramírez calificó la amenaza de Rodríguez como un “chantaje para que no continúen con la hoja de ruta de la Carta Democrática Interamericana (CDI) y que opten por otras alternativas en las que el régimen venezolano tenga mayor control como Unasur o la Celac”.

“Además, ya con una reunión de cancilleres, Delcy Rodríguez no podría seguir ocultando discursivamente la actual aplicación de la CDI tras la resolución 1078”, agregó.

Un exdiplomático venezolano que optó por el anonimato aseguró que se veían venir acciones de este tipo. “Si fuera (Hugo) Chávez diría que es una bravuconada. Pero el régimen está tratando de demostrar poder y está lanzando su última carta; si no la usa, quedaría peor. Algunos piensan, con razón, que es mejor tener a Venezuela dentro que fuera de la OEA”, expresó.

Un experto en asuntos internacionales, que también prefirió el anonimato, afirmó que la amenaza de retiro de la organización hemisférica es una forma de presionar a los países con los que Caracas sigue manteniendo cooperación y a aquellos aliados que se han abstenido en votaciones anteriores.

“Retirarse de un órgano político les serviría para excusarse. Además, mostraría independencia y fuerza y le restaría impacto a las decisiones políticas de los 16 países que han asumido avanzar”, indicó.

Otro exdiplomático, que declaró bajo condición de anonimato, dijo que la canciller de Venezuela trata de minimizar la reunión que está convocada.

“Entiende la inminente aplicación de la CDI y la posible suspensión del país. La recomendación cubana es denunciar el acuerdo antes de ser efectivamente sancionados. En la práctica es evitar la sanción moral internacional, pero como efecto tangible a nivel nacional es mínimo, pues no hay mayores sanciones colaterales, ni comerciales, ni económica previstas. La OEA no ha evolucionado en ese sentido”, señaló.

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Consejo Permanente de la OEA. Archivo. Cortesía OEA.

Presidente de Colombia endurece su posición hacia Venezuela para evitar que la crisis afecte todavía más a su país

Presidente de Colombia endurece su posición hacia Venezuela para evitar que la crisis afecte todavía más a su país

El presidente de Colombia, Juan Manuel Santos, ha sido crítico en los últimos meses con la situación de Venezuela y, en especial, con la forma como el gobierno de Nicolás Maduro la está enfrentando. Expertos consultados afirman que este giro de quien antes era un espectador busca evitar que impacte negativamente en su país lo que está ocurriendo en el territorio vecino.

En menos de una semana Santos ha enviado tres tuits críticos con Caracas, en especial con la decisión de elevar a 500.000 el número de milicianos y entregarles un fusil a cada uno. “Solicité a la canciller que pida al secretario general de la ONU poner su atención en la preocupante militarización de la sociedad venezolana”, indicó en uno de ellos.

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La ministra de Relaciones Exteriores, María Ángela Holguín, no dio detalles de su reunión con António Guterres, ocurrida el 19 de abril, pero confirmó que habían abordado el tema.

El 20 de abril Santos se reunió en Bogotá con el presidente de la Comisión de Política Exterior de la Asamblea Nacional, Luis Florido. A la salida del encuentro, el legislador dijo que el mandatario había solicitado el adelanto de elecciones en Venezuela.

Estos no han sido los primeros comentarios críticos hacia Maduro y su gestión. Desde el anuncio de la fiscal general de la República, Luisa Ortega Díaz, de que las decisión 155 y 156 del Tribunal Supremo de Justicia interrumpieron el hilo constitucional en Venezuela, Santos habló incluso de la necesidad de una transición en Caracas.

Víctor Mijares, profesor venezolano de la Pontificia Universidad Javeriana de Bogotá, advirtió que el endurecimiento de la posición de Santos hacia Venezuela se basa en asuntos internos de Colombia.

“Logró la firma de los acuerdos de paz (con las FARC) pero todavía falta la implementación. Esa fase operativa requiere de la estabilidad de Colombia, pero también del vecindario. Considero que Santos percibe la amenaza de un Estado fallido que afecte los acuerdos, que serán su legado presidencial”, explicó.

Aclaró que el cambio de posición se produce cuando el rol de garante de Venezuela en los acuerdos de paz ha disminuido. “Hay que recodar que ya no negocia con las FARC sino con el ELN, y el garante de ese proceso es Ecuador”, indicó.

El exdiplomático venezolano Gerson Revanales coincide en que efectivamente hay un cambio en la postura de Santos con respecto al Gobierno chavista.

“Asumió una posición independiente y de respeto a ciertos principios. Creo que esto se debe, primero, a que dotar a la población civil de armas es armar también a los colombianos de la frontera; segundo, una vez alcanzada la paz, Maduro es un factor desechable; tercero, Colombia es un socio estratégico para Estados Unidos y Maduro está en la agenda roja de Trump”, señaló.

Advirtió que los tuits y las declaraciones de Santos “son la forma moderna de fijar posición sin necesidad de los comunicados tradicionales de Cancillería”. “Es la parte de la diplomacia presidencial”, agregó.

Afirmó que la actual posición del jefe del Estado de Colombia hacia Venezuela tiene un impacto regional. “El ratificar su posición junto a los críticos de Maduro como Brasil, Chile, México y Perú, entre otros, ratifica el cerco al gobierno”, expresó.

Francisco Sánchez, investigador del Centro de Estudios de Frontera e Integración de la Universidad de Los Andes-Táchira, coincidió en que el cambio de posición de Santos tiene que ver temas de política interior de Colombia y de política exterior.

«Obedece a la finalización del acompañamiento de Venezuela en el proceso de paz colombiano, lo que le permite opinar de forma más libre sobre la crisis venezolana. Igualmente hay una modificación en la posición de los países latinoamericanos sobre Caracas, producto de cambios de gobierno y que los nuevos están en las antípodas de la ideología chavista-madurista que se ha asumido de izquierda, e incluso no hay mayor relación en términos denegocios con el régimen venezolano –pragmatismo- porque la crisis económica no lo permite. Aún aquellos países donde los gobiernos no han cambiado de signo político como Bolivia y Ecuador son más moderados en sus opiniones, si bien siguen formalmente apoyando el gobierno de Maduro», expresó.

Indicó que con sus tuits y declaraciones el presidente de Colombia busca «dejar claro al Gobierno de Maduro que sabe perfectamente qué sucede en Venezuela, que su bajo perfil para opinar sobre la crisis venezolana se debía básicamente al acompañamiento venezolano al proceso de paz, ya firmado».

«Busca también estar en consonancia con el resto de Latinoamérica y de la mayoría de la sociedad internacional en cuanto a la posición que debe asumirse frente al régimen venezolano», agregó.

Dijo que Santos puede jugar un «rol de buen vecino» en el caso venezolano. «Ser suficientemente firme para de dejar claro a Maduro que le señalará y no cederá en los temas esenciales que están vinculados a la democracia, la crisis económica y prácticamente humanitaria, la militarización de parte de la sociedad, como lo hace multilateralmente en la OEA y también con sus declaraciones directas, pero manteniendo canales diplomáticos abiertos para ser interlocutor con el Gobierno venezolano», expresó.

Dejó ver que el impacto regional de sus declaraciones puede ser moderado dado que se suma ahora a la opinión de la mayoría de la región al «señalar al Gobierno de Maduro como responsable de la profunda y multifacética crisis de Venezuela que afecta a  Latinoamérica y al continente».

Cronología de la separación

Santos llegó al poder en Colombia el 7 de agosto de 2010. Un día después su canciller Holguín se reunió entonces canciller de Venezuela –hoy presidente- Nicolás Maduro, para abrir las puertas a la reconciliación.

El 11 de agosto de 2010 el nuevo mandatario neogranadino recibió a Hugo Chávez y ambos acodaron restablecer la relaciones diplomáticas, que Caracas rompió en julio de ese año en rechazo a la decisión de Bogotá –liderada entonces por Álvaro Uribe Vélez- de presentar ante la Organización de Estados Americanos (OEA) una denuncia del supuesto apoyo del Ejecutivo chavista a las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC).

Comenzó una luna de miel entre Chávez y uno de los anteriores enemigos del chavismo, quien fue ministro de Defensa de Colombia cuando las Fuerzas Armadas de ese país mataron en un campamento insurgente en Ecuador al segundo de las FARC, alias Raúl Reyes.

Esa cooperación con el que Chávez llamó “mi nuevo mejor amigo” no estuvo exenta de problemas ni roces, que acordaron abordar dejando de lado la diplomacia de micrófono.

La decisión de Bogotá de comenzar en 2011 diálogos de paz con las FARC acercó más a los gobiernos de Colombia y Venezuela o, por lo menos, redujo las tensiones ante el interés de Santos de lograr un documento que marcaría la historia de su país.

El presidente de Colombia estuvo en la toma de posesión de Maduro en abril de 2013, lo que molestó a sectores de la oposición. La relación comenzó a deteriorarse cuando Venezuela cerró su frontera binacional en agosto de 2015 por considerar que supuestos paramilitares colombianos atacaron una zona de Táchira. El conflicto escaló hasta la OEA, donde no se debatió por solo un voto. Esto se superó pero no así los nexos.

La victoria de la oposición en las elecciones parlamentarias de 2015, la suspensión del referendo revocatorio contra Maduro argumentando una decisión de un tribunal penal que, según expertos, no tiene competencia electoral y de las elecciones de gobernadores aumentaron las tensiones regionales y Colombia cada vez calló menos.

En junio de 2016 votó a favor de escuchar en la OEA el informe elaborado por secretario general de la organización hemisférica, Luis Almagro, sobre la situación en Venezuela. Esto no gustó a Maduro.

En diciembre 2016 Caracas volvió a cerrar la frontera binacional bajo el argumento de que mafias colombianas sacaban del país los billetes de bolívares 100. Comenzó así una crítica hacia el esquema cambiario neogranadino en la frontera nacional y una crisis binacional que no se ha superado.

Caracas pareció que no contó con que ya se había cerrado el acuerdo de paz con las FARC y se había logrado el compromiso del Ejército de Liberación Nacional –segunda fuerza insurgente en Colombia- se sentara a negociar.

Las discusiones del caso Venezuela en la OEA contaron con el apoyo de Colombia, lo que molestó a Caracas. A esto se sumó su apoyo a comunicados de varios países del hemisferio en los que cuestionaban los resultados del diálogo, el poco compromiso del Gobierno con el cumplimiento de lo negociado y el respeto a la oposición.

Unos soldados venezolanos establecieron un campamento en una zona fronteriza del Arauca a finales de marzo de 2017. La tensión escaló mucho. Colombia dijo que estaban en su territorio y que tenían que salir. Un diálogo telefónico de alto voltaje, según el diario El Tiempo, de Bogotá, entre ambos mandatarios saldó la crisis con el retiro de los militares venezolanos.

Dos días después Colombia apoyó la realización de una sesión de la OEA para analizar el caso de Venezuela. El embajador alterno de Caracas, Samuel Moncada, atacó a muchos países presentes, entre ellos a Colombia, que respondió con fuerza que su preocupación eran los venezolanos. Al final, la sesión, que el Gobierno chavista ha denunciado como ilegal, se saldó con la aprobación por consenso de la resolución 1078 que reconoce que en Venezuela se produjo una ruptura del orden constitucional.

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Presidente de Venezuela busca mantener apoyo del Caribe oriental con la mirada puesta en la OEA, dicen expertos

Presidente de Venezuela busca mantener apoyo del Caribe oriental con la mirada puesta en la OEA, dicen expertos

El presidente de Venezuela, Nicolás Maduro, participó el 12 de abril en la LXIV Cumbre de la Organización de Estados del Caribe Oriental (OECS, según sus siglas en inglés), celebrada en San Vicente y las Granadinas. Expertos afirmaron que con ello persigue mantener de su lado los votos de esos países en la Organización de Estados Americanos (OEA).

La presencia del mandatario suramericano en la isla fue sorpresiva. De repente el canal del Estado, Venezolana de Televisión (VTV) hizo un pase en el que anunciaba su llegada a Kingstown. Así se supo de un nuevo viaje, el segundo en una semana, en busca de apoyo regional ante un creciente aislamiento hemisférico por la ruptura de orden constitucional denunciado por la fiscal general de la República, Luisa Ortega Díaz, con las sentencias 155 y 156 del Tribunal Supremo de Justicia.

En rueda de prensa desde Kingstown, Maduro anunció que la OECS había apoyado el diálogo que se intentó entre Gobierno y oposición en Venezuela y que quedó suspendido en diciembre de 2016. Incluso se presentó una iniciativa de los Estados caribeños de enviar una misión para lograr reiniciar las conversaciones paralizadas.

“En la reunión interactuamos con primeros ministros y cancilleres. Surgió la posibilidad de varios proyectos de transporte aéreo y marítimo; de crear una zona de comercio con todo el Caribe oriental; de la lucha contra el tráfico de estupefacientes; de impulsar la cooperación energética, financiera y fiscal”, aseguró Maduro horas después cuando llegó a Caracas.

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El presidente de Venezuela, Nicolás Maduro, durante su alocución en Caracas. Cortesía Prensa Presidencial

La visita genera la pregunta: ¿qué se buscaba con ella, además de mostrar que no se estaba aislada? Cobra más importancia responderla cuando el lunes el Consejo Político de la Alternativa Bolivariana para las Américas (Alba-TCP), en el que están países del Caribe oriental, expresó en La Habana, Cuba, su apoyo a Venezuela.

“El Caribe oriental son los votos que le quedan en el sistema interamericano y trata de sacar el caso venezolano de la OEA”, afirmó Víctor Mijares, profesor de Ciencias Políticas y Relaciones Internacionales de la Pontificia Universidad Javeriana de Colombia.

“Está amarrando las cabras, como decía mi abuela. Es decir, está tratando de atar votos en la OEA ante la posibilidad de que se vuelva discutir el caso venezolano en un Consejo Permanente”, indicó Mirna Yonis, profesora de Relaciones Internacionales de la Universidad Central de Venezuela.

Agregó que esto se produce porque la mayoría de la OECS se “ausentó de la sesión extraordinaria del organismo hemisférico” en la que se aprobó la resolución 1078 que establece que las sentencias 155 y 156 del TSJ –después corregidas- “constituyen una violación del orden constitucional” en el país y urge tomar decisiones para cambiar esta situación.

“Aunque es clara la diferencia de la OECS con el estilo del secretario general de la OEA, Luis Almagro, los eventos de represión pesan”, advirtió.

El exdiplomático venezolano Sadio Garavini expresó que el viaje presidencial a San Vicente y las Granadinas persigue “ofrecer de todo para mantener el respaldo en votos” en la organización hemisférica.

“El tema se ha complicado porque Petrocaribe, según me han informado, no está cumpliendo plenamente con los compromisos pero seguramente se prometió mucho y la presión es fuerte, porque lograr que uno de ellos se abstenga es, en la práctica, un voto a favor del Gobierno de Venezuela”, indicó.

La OECS está conformada por una serie de isla que conforman un pequeño archipiélago en el Caribe: Antigua y Barbuda, San Cristóbal y Nieves Montserrat, Anguilla, las Islas Vírgenes Británicas, Dominica, Santa Lucía, San Vicente y las Granadinas, Grenada y Martinica.

Seis de ellas, países independientes, son miembros de la OEA: Antigua y Barbuda, Dominica, Grenada, San Cristóbal y Nieves, San Vicente y las Granadinas y Santa Lucía. A la vez, ellas forman parte de la iniciativa cubano-venezolana Alba, y del acuerdo de cooperación energética que tiene Venezuela, Petrocaribe, que vende el crudo en condiciones preferenciales dependiendo de su precio en el mercado internacional.

Este bloque de seis países ha venido votando desde 2005 a favor de Venezuela en la OEA. Santa Lucía ha sido un poco díscolo y aprobó el 31 marzo la convocatoria de emergencia a un Consejo de Seguridad de la organización hemisférica para abordar el agravamiento de la crisis en Caracas por las sentencias del TSJ. Perderlos ahora sería profundizar su aislamiento regional y correr el riesgo de sufrir acciones previstas en la Carta Democr’atica Interamericana.

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La OEA abre las puertas a la activación de la Carta Democrática Interamericana contra Venezuela, dicen expertos

La OEA abre las puertas a la activación de la Carta Democrática Interamericana contra Venezuela, dicen expertos

El Consejo Permanente de la Organización de Estados Americanos (OEA) aprobó la resolución 1078 que se asegura que las sentencias 155 y 156 del Tribunal Supremo de Justicia –después corregidas- “constituyen una violación del orden constitucional en Venezuela” y urge a tomar acciones para cambiar esta situación. Expertos coinciden en afirmar que el documento abre las puertas a la activación de la Carta Democrática Interamericana y reduce el margen de maniobra del Ejecutivo de Nicolás Maduro en la arena internacional.

El texto se aprobó en una sesión polémica, que el presidente del Consejo Permanente, el representante de Bolivia –país aliado de Caracas- intentó suspender. Después de diversas maniobras, se logró instalar apelando al reglamento interno. Esa reunión sigue generando críticas.

La discusión fue intensa. Bolivia denunció un golpe institucional. Venezuela, como Nicaragua, se unió a esas palabras. También atacó a países como Colombia, Estados Unidos y Argentina y se retiró bajo el argumento de que no reconocía el encuentro.

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Embajador de la OEA no acepta lo establecido en el reglamento y denuncia golpe institucional en la OEA. Cortesía OEA

Superado el intento fallido de que no avanzar la reunión, y después de un par de horas, se aprobó por consenso la resolución 1078, en la que el Consejo Permanente expresa lo siguiente:

  • Urge al Gobierno de Venezuela a “actuar para garantizar la separación e independencia de los poderes constitucionales y restaurar la plena autoridad de la Asamblea Nacional”.
  • Se mantiene dispuesto a “apoyar las medidas que permitan el retorno del orden democrático a través del ejercicio efectivo de la democracia y el estado de derecho en el marco constitucional de Venezuela”.
  • Se compromete a “seguir ocupándose de la situación en Venezuela y emprender, en la medida que sea necesario, gestiones diplomáticas adicionales para fomentar la normalización de la institucionalidad democrática, de conformidad con la Carta de la”OEA  “y la Carta Democrática Interamericana, incluyendo la convocatoria de una reunión de nivel ministerial”
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Representante de Venezuela, Samuel Moncada, rechaza la reunión y se retira del Consejo Permanente por considerar ilegal. Cortesía OEA

Para comprender mejor el impacto y el alcance del documento, se consultaron a cuatro expertos: los ex diplomáticos Enrique Ter Horst, Gerson Revanales y Óscar Hernández, y el profesor Kenneth Ramírez, quien autorizó a tomar su posición del análisis que publicó en la web www.runrun.es

¿Qué significa la resolución aprobada por consenso en la OEA?

Enrique Ter Horst: “La resolución acaba con el diálogo del (presidente Nicolás) Maduro y (del expresidente de España José Luis Rodríguez) Zapatero y regresa el tratamiento multilateral de la crisis de gobernabilidad de Venezuela a la OEA, dentro de la Carta Democrática, de donde nunca debió salir. La ‘corrección’ de las sentencias 155 y 156 fue ignorada. La resolución se aprobó por consenso o, en todo caso, sin voto, lo que permitió que un número de países pudiera unirse y resistir las presiones de Venezuela. Hubo la abstención de Belice, Bahamas, República Dominicana y El Salvador, el rechazo de Bolivia y Nicaragua y la ausencia de la delegación de Venezuela, que se retiró afirmando que era una reunión ‘ilegal’. Estos siete países sabían que no podían imponer una votación a una mayoría que quería la aprobación por consenso, porque evitaba a muchos países del Caribe tener que votar ‘abstención’ o hasta ‘no’ por las presiones de Venezuela”.

 Gerson Revanales: “La sesión del Consejo Permanente de la OEA se realizó con base en el reglamento del Consejo y el punto central de la resolución fue dejar abierta la posibilidad de una reunión de cancilleres de la OEA para abordar el tema”.

Óscar Hernández: “La resolución es un fuerte llamado de atención a Venezuela y la antesala de la aplicación de la Carta Democrática Interamericana e, incluso, la suspensión de país del sistema hemisférico. Se aprobó con el apoyo de varios países y cuatro abstenciones; es decir, no hubo oposición de los presentes”.

Kenneth Ramírez: “El Consejo Permanente decidió empezar a aplicar formalmente la Carta Democrática Interamericana al Gobierno de Venezuela como proceso gradual que inicia por gestiones diplomáticas. El Gobierno de Maduro ha visto reducido su margen de maniobra y prestigio internacional, dado que esto supone un reconocimiento formal de la falta de normalidad democrática en Venezuela; en tanto que una amplia mayoría de Estados del hemisferio, que representan 90 % de su población y territorio, lo perciben como una autocracia”.

¿Qué impacto tiene esta resolución para Venezuela y para el continente?

Óscar Hernández: “Para la región, el documento es un llamado de atención ante el abuso permanente de poder de los gobiernos que intentan fracturar la esencia de la democracia representativa. Está funcionando la diplomacia preventiva. De parte del Gobierno de Venezuela se vio falta de experiencia diplomática y el poco uso del diálogo para evitar o suspender el proceso; debió haber negociado”.

Enrique Ter Horst: “Los países de la OEA están en plena libertad de apoyar las propuestas de ejecución o cumplimiento de la resolución. Parece claro que la mayoría de 2/3 estará asegurada de ahora en adelante, sobre todo para asuntos organizativos o de procedimiento, porque la resolución 1078 es un compromiso asumido por los Estados miembros de la organización. Al aceptar la aprobación por consenso, los Estados miembro que no se distanciaron de manera expresa de la resolución aceptan la existencia de la ‘alteración inconstitucional del orden constitucional de Venezuela’ , y que también hay un culpable de esa ‘profunda preocupación’, al que se urge con nombre y apellido en la parte dispositiva de la resolución, cuando en el artículo dispositivo 1 resuelve ‘Urgir al Gobierno de Venezuela a actuar para garantizar la separación e independencia de los poderes constitucionales y restaurar la plena autoridad de la Asamblea Nacional’. El Gobierno de Venezuela ha sido condenado culpable de haber alterado su orden constitucional, y a repararlo restaurando la autoridad de la Asamblea Nacional y garantizando la separación e independencia de los poderes constitucionales. El último párrafo de preámbulo fija los medios para lograr esa reparación cuando expresa ‘nuestro apoyo continuo al diálogo y la negociación para dar lugar a una restauración pacifica del orden democrático’. La resolución 1078 debe leerse y entenderse junto con los dos informes del secretario general Almagro sobre Venezuela, que dan cuenta y sustancian la gravedad de la alteración del orden democrático. No es necesario hablar de ‘ruptura’ o de otros calificativos, los hechos sustanciados en esos informes hablan por sí solos. Sin embargo, es la primera vez que la OEA activa la Carta Democrática Interamericana por la pérdida de la legitimidad de desempeño de un gobierno electo democráticamente que desde el poder pretende eternizarse e imponer un sistema totalitario. Eso implica desarrollar una estrategia acelerada de presión incremental sobre el gobierno, con penalidades e incentivos”.

¿Qué se puede esperar de la región después de esta resolución?

Enrique Ter Horst: “Están dadas las condiciones para la aplicación exitosa de la Carta Democrática. Los miembros de la OEA han dado un paso del cual no hay retorno. Está en juego su credibilidad como firmantes de la Carta Democrática. Si América descubre que es letra muerta, se corre el riesgo de una nueva era de autoritarismo, violencia y retroceso. Esto implica la conformación de un grupo de contacto reducido y ágil para agotar todas las posibilidades que ofrecen el diálogo y la negociación, y que la acción conjunta de la calle y de la Asamblea Nacional mantenga vivo y visible el rechazo al régimen. La presión incremental no tendrá límite hacia arriba, excepto el de que no se utilizará la fuerza, porque la desafiante tozudez del régimen no le ha dejado alternativa a los estados miembros de la OEA. Todo ello requiere de la previsibilidad y de la estabilidad que solo dan el estado de derecho y la democracia. Almagro ha dicho que la Carta Democrática debería ser considerada como la Constitución de las Américas. Ojalá sea el caso muy pronto”.

Kenneth Ramírez: “Se ha iniciado oficialmente un pulso largo y complicado entre la OEA que ha decidido aplicar la Carta Democrática Interamericana –acompañada del Mercosur que ha decidido aplicar el Protocolo de Ushuaia– y el régimen de Maduro. Se ha terminado el silencio y la indiferencia. Una amplia mayoría de Estados miembro han despejado el camino para que la OEA se ocupe a fondo del tema, y las discrepancias de enfoque cada vez son menores. Ergo, estamos ante una coyuntura internacional muy favorable para la redemocratización de Venezuela, la cual no debe ser desaprovechada”.

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Representante de Venezuela en la OEA escucha la réplica del embajador de Colombia. Cortesía OEA

Derrota del oficialismo en Ecuador aislaría más a Venezuela en la región

Derrota del oficialismo en Ecuador aislaría más a Venezuela en la región

Ecuador celebra la segunda vuelta presidencial en la que se decidirá quién será el nuevo mandatario y la continuidad de la llamada “revolución ciudadana” que lidera Rafael Correa desde 15 de enero de 2007. En este proceso hay muchos actores interesados; destaca el Gobierno de Venezuela, preocupado porque la derrota del oficialismo y el ascenso al poder de una oposición liderada por Guillermo Lasso se traduciría, apuntan expertos, en un agravamiento de su aislamiento regional.

Dos candidatos se disputan el domingo 2 de abril la presidencia del país suramericano. Lenín Moreno, exfuncionario del Ejecutivo de Correa, llamado a mantener el legado del actual mandatario, que no es otra cosa que las bases de la  revolución ciudadana. En el otro lado Lasso, un banquero que por pocos votos forzó el balotaje y que está tratando de aglutinar la voluntad de una oposición dividida.

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El candidato opositor, Guillermo Lasso. Foto Cortesía @LassoGuillermo

Hasta ahora no se sabe con claridad quién podría ganar. La encuesta de Cedatos publicada el 18 de marzo daba la victoria al opositor, con 50, 8 %  de las preferencias, mientras que el oficialista tendría 49,2 %. A horas de la elección la propia Cedatos daba como ganador a Moreno, con  52,4 %, mientras que Perfiles de Opinión lo daba como triunfador con 57,6 %.

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El candidato oficialista, Lenín Moreno. Foto cortesía @Lenin

Si los ecuatorianos están expectantes, también lo están los venezolanos. Caracas ha sido parte de la campaña bien por el escándalo que se produjo por la decisión del Gobierno de no dejar entrar a Quito a la esposa de Leopoldo López, Lilian Tintori, por considerar que la visa que tenía no le permitía participar en actos políticos.

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Foto cortesía @LassoGuillermo

 

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También lo fue por una campaña en la que señalaban a la actual presidente del Consejo Nacional Electoral de Venezuela de ser un símbolo de poca  honestidad al momento de manejar procesos comiciales.

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Imágenes de la propaganda en la que se critica la gestión en Venezuela de la presidenta del Consejo Nacional Electoral, Tibisay Lucena.

Desde Caracas será el Gobierno de Maduro el que espera con más atención lo que sucederá en el país suramericano. Ecuador ha sido un aliado del chavismo desde la llegada de Correa al poder.  Esto lo ha llevado a apoyar buena parte de sus decisiones. Es también miembro de la Alianza Bolivariana para los Pueblos de Nuestra América (ALBA), que lideran Venezuela y Cuba, y ha defendido los supuestos y constantes intentos de desestabilización de Estados Unidos, identificado como el imperio, contra la llamada patria de Bolívar. Igualmente se considera aliado en la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP)

La derrota de Moreno podría traer como consecuencia un aumento del aislamiento regional de Venezuela.

“Si el candidato de Correa pierde, sería falta para el Gobierno de Venezuela. Se quedaría sin  un gran aliado. La posibilidad de que termine derrotado depende de que la oposición vaya unida”, expresó la internacionalista venezolana María Teresa Romero.

“La victoria de la oposición ecuatoriana sería un cambio para el país y, en estos momentos, un duro golpe para el chavismo. Para la democracia sería un aliento”, señaló el abogado y experto en derecho internacional Víctor Rodríguez.

“Sería duro para Venezuela que pierda uno de sus más cercanos socios ideológicos. Lasso dijo que demandaría la liberación de los presos políticos y que abogaría para que la Organización de Estados Americanos (OEA) presione para que se celebren elecciones ‘libres y transparentes en Venezuela. Poco a poco Maduro pierde apoyo en la región, aunque (el presidente de Estados Unidos Donald) Trump puede ser el salvavidas uniendo la región contra USA), expresó Orlando Pérez, profesor del College de Artes, Humanidades y Ciencias Sociales de la Universidad MIllersville.

La victoria de Lasso sería un voto menos en apoyo para el Gobierno de Venezuela en la organización hemisférica y lo dejaría todavía más tocado en Suramérica, donde solo tendría el apoyo de la Bolivia de Evo Morales y sin el poder de los petrodólares.tendría el apoyo de la Bolivia de Evo Morales y sin el poder de los petrodólares.