Presión internacional puede aislar y radicalizar más al Gobierno de Venezuela, aseguran expertos

Presión internacional puede aislar y radicalizar más al Gobierno de Venezuela, aseguran expertos
La presión internacional sobre el Gobierno de Venezuela ha aumentado en julio. Países de América y de Europa centran sus peticiones en suspender la convocatoria a una asamblea nacional constituyente para haya un diálogo con la oposición que, en un plazo breve, arroje resultados concretos –elecciones incluidas- que lleven a superar la crisis del país suramericano. Expertos aseguran que este cerco puede llevar al Ejecutivo de Nicolás Maduro a aislarse y a radicalizarse más.
La consulta popular convocada por la Asamblea Nacional y celebrada el 16 de julio potenció las críticas que desde abril comenzaron a formularse hacia el Poder Ejecutivo venezolano. El acto se organizó con 15 días de anticipación, sin el respaldo del Poder Electoral y con la presión oficial para evitar que se conociera su alcance e importancia.
Más de 7,5 millones de venezolanos participaron dentro y fuera del país. De ellos más de 7 millones rechazaron la constituyente, exigieron a la Fuerza Armada Nacional cumplir la Constitución y el establecimiento de un gobierno de unidad nacional. Diversas fuentes afirmaron que la expectativa era que intervinieran más de 5 millones.
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Imagen de un centro de votación durante la consulta popular del 16 de julio. Cortesía Instagram Unidad Venezuela
Las cancillerías de países como México, Canadá, Argentina, Brasil, Honduras, Paraguay, Costa Rica y Estados Unidos, los presidentes Panamá, Juan Carlos Varela, de Colombia, Juan Manuel Santos, y de Perú, Pedro Pablo Kuczynski, la Unión Europea (UE), Alemania y hasta el presidente del Europarlamento, Antonio Tanjani, alabaron la participación popular y solicitaron escuchar y respetar la exigencia de suspender la constituyente.
El Gobierno de Venezuela tenía dos opciones: reconocer lo ocurrido y buscar salidas o radicalizarse en su trinchera. Optó por lo segundo al asegurar que la consulta popular era ilegal, a pesar de que está prevista en el artículo 71 de la Constitución, la llamó consulta interna de la Mesa de Unidad Democrática (MUD) e insistió en que la constituyente era la vía para la paz.
“Eso fue una operación de propaganda que busca generar un efecto inmediato en la comunidad internacional. El plebiscito fue un acto fallido porque jamás sabremos cuántas personas en realidad votaron”, denunció el canciller de Venezuela, Samuel Moncada, el 17 de julio, a la vez que acusó a los medios internacionales de obviar el simulacro de votación para la constituyente.
Esta acción generó otra reacción. A la alta representante de la política exterior de la UE, Federica Mongherini, le consultaron sobre la posibilidad de sanciones y dijo que se estudiaban. Esto le valió insultos de Maduro.
El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, dio un paso más allá y amenazó al Gobierno de Caracas con penas económicas si no detenía la constituyente. La respuesta fueron insultos y el comienzo de una campaña de defensa del país.
La Cancillería de Venezuela emitió un comunicado en el que rechazó las amenazas de Washington, pidió a los pueblos de América Latina solidaridad y anunció una nueva revisión de las relaciones con la principal potencia mundial.
“Ahora la constituyente será para la paz y para la defensa de la soberanía”, afirmó Maduro el 18 de julio en rueda de prensa en la que denunció una campaña contra Venezuela, a la que se sumaron, dijo, países como Argentina, Brasil, Colombia y España.
El mandatario de Venezuela convocó el primero de mayo a una constituyente en respuesta al mes de protestas contra la ruptura del orden constitucional que, a juicio de la fiscal general Luisa Ortega Díaz, produjeron las sentencias 155 y 156 del Tribunal Supremo de Justicia. En las bases electorales no se estableció una consulta previa a la gente, como sí ocurrió en 1999, para preguntarle si estaba de acuerdo con la propuesta.
El artículo 347 de la Constitución de Venezuela establece que el pueblo, como “depositario del poder constituyente originario”, es el único que puede convocar a una constituyente para “transformar el Estado, crear un nuevo orden jurídico y redactar una nueva Constitución”.
El artículo 348 dice que el presidente de la República, la Asamblea Nacional, dos tercios de los consejos municipales o 15 % del electorado inscrito tienen la iniciativa o facultad de proponerla. Expertos afirman estos actores pueden plantearla pero solo la puede convocar el pueblo mediante un referéndum.
El Gobierno ha desatado a través de embajadas una campaña para defender la constituyente y denunciar la amenaza de Estados Unidos de aplicar sanciones económicas.
Moncada se reunió con el 21 de julio con la jefa de Gabinete del secretario general de la ONU, António Guterres, y denunció las amenazas contra el país. Tres días después aseguró que Washington viola las Carta de la Organización de Estados Americanos (OEA) –organismo del que saldrá en dos años- y de la organización mundial “al amenazar a los países para golpear las democracias de la región”.
El funcionario extendió la denuncia ante 67 embajadores de lo más de 100 países que integran el Movimiento de los Países No Alineados, el cual preside la propia Venezuela.
Acusó el 24 de julio a Colombia y México de participar junto con Estados Unidos en un intento por derrocar al Gobierno de Caracas. Tanto Bogotá como Ciudad de México lo negaron.
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En el continente continúan las presiones.  El secretario general de la OEA, Luis Almagro, presentó un tercer informe sobre la crisis venezolana en el que habla de los riesgos de la constituyente.
Mercosur instó en un comunicado al restablecimiento del orden constitucional en Venezuela, el cese de la violencia, la liberación de los presos políticos, la separación de poderes, el evitar “iniciativas que puedan dividir aún más a la sociedad venezolana o agravar  conflictos institucionales” y  a un diálogo.
Un grupo de 17 países solicitó ante la OEA una reunión del Consejo Permanente para el 26 de julio para volver a abordar la crisis en el país suramericano.
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Consejo Permanente de la OEA del 26 de julio. Cortesía OEA.
Se celebró el 26 de julio en Washington. No hubo consenso sobre un texto en el que se proponía solicitar a Caracas suspender la convocatoria a elecciones para seleccionar a los miembros de la constituyente. Se leyó un comunicado de 13 países.
En la mayoría de los discursos de los representantes de los 34 Estados miembro sí hubo una constante: la preocupación por la crisis y la necesidad de un diálogo verdadero que permita hallar una salida.
Quedó clara, también, la división de la organización hemisférica en tres bloques: uno, que desea colaborar para impulsar un diálogo; otro, en el que está un Caricom dividido entre los que no quieren intervenir y otros que se acercan más al primer grupo, y el último bloque, que apoya al Gobierno de Venezuela.
Este panorama muchas interrogantes sobre hacia adónde apunta esta presión internacional y sus posibles consecuencias. Ellas las responden los profesores Leopoldo Colmenares y Emilio Nouel, el historiador Nahem Reyes y los exdiplomáticos venezolanos Óscar Hernández Bernalette, y Edmundo González Urrutia.
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El secretario general de la OEA, Luis Almagro. Cortesía Twitter OEA
¿Cómo interpretar las reacciones internacionales ante los resultados de la consulta popular?
Óscar Hernández Bernalette: “Parte de la comunidad internacional responde con un llamado de atención  y alerta al Gobierno sobre las consecuencias para el país y la escalada conflictiva que puede ampliarse si no se retira el llamado a la constituyente. Los gobiernos democráticos de la región, países europeos y organismos internacionales han cuestionado   la violación constante, sistemática y generalizada de los derechos humanos y la violencia del aparato del Estado durante este período de protestas continuas”.
Leopoldo Colmenares: “Las reacciones de algunos gobiernos ante el resultado del plebiscito son una continuación de las posturas que en los últimos meses han tenido en cuanto a apoyar a la oposición en el país, esto es a la restitución de la democracia y el Estado de derecho. La gran participación popular dentro del país, y la gran difusión dada por los medios de comunicación a las manifestaciones de cientos de miles de venezolanos en el exterior y, en particular, en España, Estados Unidos y América Latina, le dan a esos gobiernos un argumento más a las políticas que ya venían ejecutando en Venezuela”.
Emilio Nouel: “Todas las reacciones internacionales han sido acordes con la envergadura e implicaciones de la consulta popular. En su mayoría, han sido positivas y la consulta reconocida y bien evaluada. No solo la participación numérica ha impactado fuera del país, también su efecto político interno e internacional la convierte en un acontecimiento sin parangón. La reacción no podía ser otra, habida cuenta de que la comunidad internacional estaba antes muy sensibilizada sobre nuestra crisis”.
Nahem Reyes: “La mayoría de los países latinoamericanos, Estados Unidos y Europa han insistido en la necesidad de realizar inmediatamente una elección general para que Venezuela tenga un nuevo gobierno de modo que retorne con ello la paz y se estabilice la región. Para nadie es un secreto que Venezuela es un Estado fallido con un gobierno forajido que genera perturbación y notables alteraciones a la seguridad hemisférica. Este plebiscito dio muestras cuantitativas y sólidas de que la mayoría del pueblo venezolano no acompaña esa propuesta oficialista e inútil de una nueva Constitución y menos en los términos que pretende Maduro imponerla”.
¿Qué buscan estas reacciones internacionales?
Emilio Nouel: Persiguen que el Gobierno doble el brazo y se avenga a una negociación que abra el camino a una solución política negociada a la brevedad. Un gobierno de transición o de unidad nacional es lo que se buscaría, realizando incluso elecciones anticipadas. Las presiones exteriores se han incrementado y conversaciones ‘informales’ se siguen produciendo entre actores importantes del mundo. Hay la propuesta de crear un grupo de gobiernos de países que sirva de garante o mediador en una solución pronta”.
Leopoldo Colmenares: “Las reacciones de los gobiernos, que casi a coro han solicitado a Maduro el retiro de la constituyente, tiene por objeto estabilizar la situación del país en la búsqueda de una situación consensuada gobierno-oposición, esto es negociaciones, en las cuales alguno de estos países podría participar como garante o mediador. Si bien las naciones que se han manifestado a favor de la estabilización del país en su mayoría invocan valores mayores como la restitución de la democracia y el respeto de los derechos humanos como sus principales banderas, están muy preocupados por las consecuencias que la exacerbación de la violencia y profundización de la crisis económica tendrían sobre algunos de ellos, en particular de las tremendas olas de emigración que se desatarían sobre Colombia, Brasil, islas del Caribe y Estados Unidos”.
Óscar Hernández Bernalette: “Lo que se busca es que el Gobierno reaccione y entienda que puede llevar al país a un mayor caos y hasta una guerra civil si no se retoma el hilo constitucional y se cumple con los mandatos de la Constitución y especialmente lo que se refiere a la necesidad de elecciones  constitucionales”.
Nahem Reyes: “Todas estas reacciones son conducentes a dos aspectos muy puntuales: darle mayor reconocimiento y respaldo a la oposición venezolana y adicionalmente actúan como un poderoso factor aislacionista al Gobierno de Maduro, que cada vez tiene menor capacidad de maniobra en el escenario internacional y en el sistema financiero mundial”.
¿Cuáles podrían ser los actores internacionales clave en esta crisis venezolana?
Leopoldo Colmenares: Colombia, Brasil, México, Argentina y Perú, por medios diplómaticos serían, en principio, las naciones que podrían resultar clave en la resolución pacífica del conflicto, en caso de que se arme algún ‘grupo de amigos’, pero el Gobierno de Maduro pediría que alguno de sus más cercanos, como República Dominicana o Nicaragua se incorporen. Sí es relevante observar que Venezuela se encuentra cada vez más aislada y son pocos los países que se decantarían a favor de Maduro. La actuación de Estados Unidos es clave en el sentido de que su presión sobre el gobierno por medios coercitivos lo llevará a tomar acciones, como la activación del Consejo de Defensa de la Nación y la aplicación de una ofensiva diplómatica. La actuación de Estados Unidos, dependiendo del tipo de sanciones que aplique al Gobierno venezolano, tendrán efectos sobre los diversos grupos que conforman el Ejecutivo ¿Cómo reaccionará el grupo militar? ¿Cómo lo harán grupos más ligados al narcotráfico? ¿Cómo los menos comprometidos con violaciones de derechos humanos y corrupción? Eso es indeterminado y habrá que esperar.
Emilio Nouel: “Los actores claves son Estados Unidos, China, Rusia, El Vaticano, la UE, Cuba e incluso países como Brasil y Colombia. Aunque estos difícilmente sean los mediadores, pues han tomado partido. No se descartan países europeos”.
Óscar Hernández Bernalette: “Los actores claves, y que pueden jugar un papel constructivo y protagónico como parte del engranaje internacional que se afecta por la situación de crisis son: Estados Unidos, Colombia, Brasil, México, la UE, especialmente, España, Francia y el Reino Unido. Están China y Rusia, actores claves y Cuba como parte interesada en nombre del Gobierno Maduro y organismos internacionales como la Organización de Naciones Unidas (ONU) y la OEA. El Vaticano, además, como garante de cualquier proceso de negociación”.
¿Cuáles podrían ser las consecuencias de la presión internacional?
Leopoldo Colmenares: “Es lógico que el Gobierno busque apoyos en el exterior, más allá del continente americano, y allí es donde podrían intervenir –pero no tan directamente- Rusia y China, que tienen intereses económicos en el país. Esto complicaría más la situación y alargaría más la solución del conflicto. También está el viejo truco de intentar cohesionar al país en contra del enemigo externo, Estados Unidos, quienes se habían abstenido de intervenir más activamente en el país por la fuerte antipatía que a nivel mundial causan tales intervenciones. Esto es un elemento que siempre tienen presente casi todos los asesores en la política internacional de Estados Unidos”.
Nahem Reyes: “Creo que la OEA -y su secretario general- sigue siendo una institución clave en ese proceso de aislamiento del Gobierno de Maduro, actuando como una poderosa tenaza que presiona a Miraflores. La Casa Blanca y sobre todo el Senado estadounidense están prepararando el terreno para masivas sanciones no al país, sino directa y puntualmente a los actores del Gobierno venezolano involucrados en crímenes, con vinculaciones con organizaciones o células terroristas del Medio Oriente y crímenes contra la población civil. Esto genera un daño grande pues le resta capacidad de movimiento a estos funcionarios, tanto civiles como militares”.
Emilio Nouel: “Esperamos que obliguen al gobierno militar-civico de Maduro a negociar su salida pacíficamente, renunciando a la constituyente, reconociendo a la AN, permitiendo elecciones, liberando a los presos politicos. La MUD ha planteado un compromiso de gobernabilidad que podría ser la base para una salida negociada, que permitiría a los chavistas que no tienen deudas con la justicia en materias de corrupción, narcotráfico y violacion de derechos humanos a seguir actuando en la política nacional”.
Edmundo González Urrutia: “La presión internacional es clave. Ya no se trata exclusivamente de denunciar las arbitrariedades y condenar las violaciones de los derechos humanos. Ante las amenazas que se ciernen sobre la democracia  venezolana si se instala la constituyente es tiempo de que se exploren otras acciones más contundentes como sería la aplicación selective de sanciones a los responsables de las violaciones a los derechos humanos”.
 Óscar Hernández Bernalette: “Las consecuencias de las reacciones internacionales pueden tener dos escenarios. A la opción de sanciones de Estados Unidos y la UE, una mayor conflictividad del gobierno que se puede atrincherar en la noción de la agresión del imperialismo.  Lo correcto es que se evalué en su justa dimensión el mensaje que le envían muchos gobiernos y que actué en consecuencia de manera constructiva. La comunidad internacional no ha pedido a Maduro que claudique, ni renuncie ni se entregue. Tampoco le da un cheque en blanco a la oposición. Le están recomiendan que retome el hilo constitucional y retire la propuesta de constituyente que puede ser una herramienta para coartar mayores libertades, destruir la democracia representativa y generar una escala conflictiva mayor. Países vecinos pueden ser víctimas de la escalada de violencia. Brasil y Colombia reconocen las consecuencias de una crisis humanitarias en términos de refugiados, asilados y emigrantes. Estados Unidos se ha convertido en el principal receptor de emigrantes venezolanos. Las sanciones económicas globales poco ayudarían pues no hay garantías de que funcionen y lo más sensato sería que Maduro aprovechara las alertas de la diplomacia preventiva, retirara la constituyente e iniciara un proceso de negociación entre las dos partes a la brevedad posible”.
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Acciones unilaterales contra Venezuela se abren paso ante la falta de consenso en la OEA, dicen expertos

Acciones unilaterales contra Venezuela se abren paso ante la falta de consenso en la OEA, dicen expertos

Los cancilleres de la Organización de Estados Americanos (OEA) volvieron a fallar al tratar de aprobar una nueva resolución sobre la crisis en Venezuela. Lo ocurrido no es definitivo. Expertos aseguraron que el tema sigue vivo, lo que abre la posibilidad a nuevas negociaciones multilaterales y, en paralelo, a la aplicación de acciones unilaterales hacia el Gobierno de Caracas, a fin de tratar de que se restablezca el hilo constitucional y se instale un diálogo real para hallar caminos para solventar la actual situación en el país suramericano.

La situación del 31 de mayo se repitió el 19 de junio. El escenario fue distinto. Lo primero ocurrió en Washington,  lo segundo, el Cancún, México, pero el resultado fue el mismo. No se alcanzaron los votos necesarios para aprobar una resolución sobre Venezuela. En mayo se lograron atar 14, en junio se sumaron 20.

Un reportaje del diario El País, de España, dejó ver que se contaba con el apoyo del Caribe, díscolo en Washington, pero que el accionar diplomático de la entonces canciller de Venezuela, Delcy Rodríguez, y sus más de 20 funcionarios lograron que países como  San Cristóbal y Nieves, San Vicente y las Granadinas y Dominica votaron en contra, mientras Trinidad y Tobago, Granada, Haití, Suriname y Antiguna  y Barbuda se abstuvieran.

El trabajo fuerte de Rodríguez fue en el Caribe no hispanolparlante, que son 14 miembros de la OEA y representan 41 % de los sufragios de esa organización.

  • Antigua y Barbuda
  • Bahamas
  • Barbados
  • Belize (también centroamericano)
  • Dominica
  • Granada
  • Guyana
  • Haití
  • Jamaica
  • San Cristóbal y Nieves
  • Santa Lucía
  • San Vicente y las Granadinas
  • Suriman
  • Trinidad y Tobago.

Caricom la integran esos 14 países más la isla de Montserrat. De ellos, seis (Dominica, Antigua y Barbuda, San Vicente y la Granadinas, Granada, Santa Lucía y San Cristóbal y Nieves) son parte de la Alternativa Bolivariana para los Pueblos de Nuestra América (ALBA), propuesta impulsada por Venezuela para oponerse al Área de Libre Comercio de las Américas (ALCA).

Once de los 15 miembros de Caricom (Antigua y Barbuda, Bahamas, Dominica, Granada, Guyana, Haití, Jamaica, San Cristóbal y Nieves, San Vicente y las Granadinas, Santa Lucía y Surinam) también son parte de Petrocaribe, acuerdo para venderles petróleo a crédito, con ventajas y que parte de la deuda se paga con bienes y servicios. Solo dos de los caribeños de la OEA no se benefician de este esquema: Trinidad y Tobago y Barbados.

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Bilateralismo. Carlos Luna, politólogo y analista internacional, dijo que hay elementos positivos a destacar en la votación, como que se haya elevado a 20 el número de países que apoyaba la resolución que incluía un llamado a detener la asamblea nacional constituyente propuesta por el Gobierno Nacional y que se haya restado votos al bloque de los países Alba. “Esa especie de cordón sanitario o de segurdad del Caribe creado por Hugo Chávez se quebró, ya no es monolítico; se produjeron fracturas, países como Ecuador, que antes apoyaban ciégamente al Ejecutivo, se abstuvieron; eso es un mensaje”, agregó.

Aclaró que las islas caribeñas más pequeñas son las que se mantienen cercanas a Venezuela. “Todas tienen problemas de gobernabilidad, son paraísos fiscales y han recibido muchas ayudas y recursos para mejorar su infraesctructura, eso explica un poco su voto”, señaló.

Rechazó que lo ocurrido en la reunión de cancilleres haya sido una victoria para el Gobierno de Nicolás Maduro. “Si ves en 2005-2006 el chavismo tenía un bloque de aliados monolítico que no es tal, la pérdida de apoyos no puede calificarse de triunfo”, expresó.

Alertó que la reunión de cancilleres no ha terminado y que pudiera darse nuevamente, después de una negociación más profunda. Acotó que también es posible que el secretario general de la OEA, Luis Almagro, realice una tercera actualización del informe sobre Venezuela.

Aseveró que la falta de consenso abre las puertas a acciones bilaterales que apliquen a Caracas como mecanismo de presión para lograr cambios o buscar un diálogo efectivo. “Brasil suspendió la venta de material militar a Venezuela; eso es una muestra. Pueden restringirse ayudas y créditos. Creo que buscarán de forma individual que la participación hemisférica del país sea precaria para que se cumplan las reglas del juego y se acepte la mediación del grupo de países amigos”, comentó.

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Opción. El exembajador Enrique Ter Horst calificó de “muy malo” el balance para el país de la reunión de cancilleres de la OEA. “La organización no es el centro del mundo, aunque sigue siendo el foro para una solución negociada y también para salidas impuestas. Lo importante es que Venezuela sigue en la agenda de la OEA”, indicó.

Afirmó que, desde una perspectiva de corto plazo, lo ocurrido “para el ala dura” del Gobierno puede interpretarse “como una victoria pírrica que le hace más vulnerable”. “Le da un portazo a la negociación multilateral y busca un entendimiento directo con Estados Unidos, cuando en paralelo la convocatoria a la constituyente comienza a resquebrajar al gobierno”, agregó.

Dejó ver que puede haber una nueva propuesta de resolución sobre Venezuela “que será más dura y tendrá mejores posibilidades de lograr y sobrepasar los dos tercios necesarios”.

“Todo proceso de la Carta Democrática Interamericana es de presión incremental y se comienza a jugar, además del destino del país, la credibilidad del sistema interamericano, de la democracia en América Latina y, finalmente, de la paz y la estabilidad en la región. Eso es lo que está en juego y para los 14 países (de la OEA) que propulsan una solución duradera que ataque el problema de raíz, lo México fue un percance, nada más”, precisó.

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Vinotinto. El internacionalista Eloy Torres destacó de la reuión de cancilleres que, más allá del resultado, queda claro que Venezuela es un tema de preocupación regional y global y que cambió la complacencia hemisférica con el Gobierno de Maduro.

Advirtió que la gran preocupación es por el respeto a los derechos humanos. “Esto no se puede calificar de injerencia”, agregó.

Afirmó que no se puede esperar más de la comunidad hemisférica e internacional, aunque coincidió en que ahora varios países pueden aplicar decisiones unilaterales contra Venezuela. “Se tomarán por la torpeza del Gobierno de querer parecer un carrito chocón. Habrá críticas y presión, como parte de la solidaridad regional para buscar una salida que solamente hallarán los propios venezolanos”, expresó.

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Enfrentamiento. El exembajador Edmundo González aseguró que el resultado de la reunión de consulta de cancilleres de la OEA demuestra que en la región hay dos bloques enfrentados. “Uno de ellos, que representa un clara mayoría, apostaba por aprobar esa declaración. Solo cinco aliados incondicionales del régimen votaron contra, pero la abstención de ocho países impidió que se completaran los dos tercios”, explicó.

Aseveró que la “diplomacia multilateral quedó afectada” por lo ocurrido. “No se trataba de encontrar afuera una solución a los problemas que corresponde resolver a los venezolanos, pero si merecía que los gobiernos democráticos del hemisferio asumieran con sinceridad los principios y valores que sustentan a la organización”, agregó.

Recordó, como Luna, quedó abierta la posibilidad de una nueva reunión de consulta de cancilleres. “La frustración, impotencia y decepción no pueden amilanarnos a seguir adelante en la búsqueda de una solución a la grave crisis que padecemos (…) La democracia se construye permanentemente, días tras día”, apuntó.

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Opción. El exembajador Óscar Hernández dijo que es errado pensar que el resultado de la reunión de consultas fue un fracaso. “El Gobierno logró hacer poca mella en la región. En el multilateralismo no es fácil el consenso. La mayoría de los países entiende la crisis de Venezuela, que tiene un Estado débil y un grupo aferrado al poder. No hay que olvidar que en Caricom hay identidades ideológicas con el Ejecutivo de Maduro, además de complicidades y deudas por ayudas que ha dado Caracas”, indicó.

Negó que el Gobierno de Venezuela haya obtenido una victoria. “Al contrario. Hubo intervenciones duras sobre el país, lo que convirtió el espacio como lugar de denuncia de lo que aquí pasa. Esto no es un triunfo”, aclaró.

Destacó como importante las abstenciones de El Salvador y Ecuador, dos países que, dijo, se caracterizaban por votar por a favor de Venezuela de forma automática por razones ideológicas. “También es clave ver cómo la diplomacia nacional quedó mal parada, con una canciller muy agresiva, usando muchos lugares comunes, tratando de esconder lo que sucede. Otro dato es la división de Caricom, ya no es el bloque a favor del país que antes era”, agregó.

Aseguró que la presión regional se mantendrá. “Estados Unidos, Canadá y México marcan la pauta sobre un tema que sigue vivo, porque quedó abierta la posibilidad de seguir discutiendo el tema. Las opciones que quedan son las que se puedan seguir dando en la OEA, la posiiblidad de nuevos acuerdos, la denuncia de Almagro sobre lo que sucede, el alerta de los países que tienen frontera con Venezuela por los efectivos negativos que la crisis puede tener en ellos”, indicó.

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Grupo. La internacionalista María Teresa Romero dijo que el gran resultado es que la región sigue dividida sobre el caso venezolano. “Esto es difícil de resolver porque no se ha logrado puentes diplomáticos entre un grupo y otro, lo que impide el acuerdo, no sobre una resolución, sino para tratar de presionar y establecer una agenda de acción conjunta para lograr que Venezuela vuelva al rumbo democrático”, agregó.

Adelantó que una de las mejores salidas sería el estalecimiento de un grupo de amigos que medien entre el Gobierno y la oposición venezolana, como ocurrió con el grupo que ayudó a alcanzar los acuerdos de paz en Centroamérica a finales de los años ochenta y al principio de los años noventa.

Negó que el tema Venezuela esté fuera de la OEA después de la reunión de cancilleres. “Todo lo contrario, sigue vivo y creo que Almagro y su posición clara va a seguir animando para que esto sea así. Además, la presión internacional continuará a través de la organización hemisférica, de medios tradicionales  ad hoc, como los llaman, con algunos países en búsqueda de fórmulas de presión para lograr que se alcancen resultados fructíferos”, agregó.

Aclaró que esa presión internacional no solucionará la crisis venezolana pero sí ayudará a “seguir creando el clima necesario para que la lucha se mantenga y llegue a buen puerto; sin el ambiente internacional sería más difícil mantener la presión de la oposición”.

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Opciones. El exembajador Norman Pino aseguró que el resultado de la reunión fue positivo para el país. “Aumentó el número de Estados que condena el comportamiento antidemocrático del Gobierno de Venezuela y el tema sigue abierto, vivo en la organización internacional”, expresó.

Indicó que una ausencia de una resolución no hará “languidecer la presión internacional”. “Crecerá en la medida en que el Gobierno profundiza su deriva totalitaria, rechaza cualquier salida democrática a la crisis y pretende imponer una asamblea constituyente fraudulenta para tratar de hacerse un nuevo traje a la medida”, comentó.

Afirmó que siguen abierta las opciones de la comunidad hemisférica. “Dependerán de las consultas que se lleven a cabo casi permamentemente sobre la situación venezolana, las cuales podrían resultar en acciones diplomáticas y sanciones individuales de cada país, además de declaraciones y comunicados que, de manera regular y creciente, vienen haciendo en repudio de las atrocidades cometidas”, remató.

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