El Gobierno de Venezuela se mueve para tratar de minimizar los daños que le pueda ocasionar cualquier decisión que se tome en la reunión número 29 de ministros de Relaciones Exteriores de los miembros de la Organización de Estados Americanos (OEA), en la que se abordará la crisis del país suramericano. Para lograr su objetivo maniobra en el Caribe, espacio que durante el Ejecutivo de Hugo Chávez le fue cercano y que le ha ido abandonando últimamente. Allí lucha por recuperar la voluntad perdida y obtener una victoria diplomática.

El presidente Nicolás Maduro envió el 28 de abril una comunicación al secretario general de la OEA, Luis Almagro, en la que denunció la Carta fundacional de la organización hemisférica, paso necesario para abandonarla en 2019. Aunque su embajador alterno, Samuel Moncada, dejó de asistir a las reuniones del Consejo Permanente, el Ejecutivo no ha renunciado al trabajo diplomático, con la mirada puesta en la Comunidad del Caribe (Caricom). Parte de los 14 países que integran este mecanismo y pertenecen a la OEA (alrededor de siete y ocho) han votado a favor de Caracas o, en su defecto, se han abstenido

“El Gobierno de Maduro se prepara para la reunión de cancilleres tratando de asegurarse que los caribeños no voten en su contra. La abstención de muchos de ellos en la anterior reunión le preocupa. También sabe que Estados Unidos se está moviendo fuertemente para que dejen de apoyarle”, indicó la internacionalista María Teresa Romero.

La reunión de consultas de cancilleres de la OEA está prevista en la Carta fundacional de la organización. Si objetivo es «considerar problemas de carácter urgente y de interés común» para los Estados miembro y servir de órgano de consulta. La puede solicitar cualquier país.

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Encuentro en la OEA. Imagen cortesía web de la OEA.

 

Las acciones de Caracas en el Caribe han sido varias y de variado signo. La canciller, Delcy Rodríguez, participó el 19 de mayo en la reunión número 20 de cancilleres de Caricom. En ella aportó la versión oficial del Poder Ejecutivo sobre la crisis del país y buscó apoyos.

“La presencia de la canciller es la acción diplomática para esgrimir el argumento de la amenaza del imperialismo y la derecha internacional que hemos visto en los discursos de la mayoría de los países del Caribe Oriental y cumplir con la labor de hegemonía comunicacional en cuanto a falsear las razones de las protestas, las muertes, las denuncias de violación de derechos humanos, e insistir en la tesis de la inestabilidad y las lesiones que traería un cambio de régimen sobre las alianzas regionales de Alba y Petrocaribe. La apuesta de la diplomacia de Maduro es evitar, disminuir y retrasar cualquier propuesta de acción regional distinta a las ‘alianzas bolivarianas’”, expresó Mirna Yonis, profesora de Relaciones Internacionales de la Universidad Central de Venezuela.

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Foto de familia de los cancilleres de Caricom. Cortesía cuenta Twitter Caricom.

 

Caricom emitió un comunicado especial sobre Venezuela, en el que los ministros de Relaciones Exteriores del esquema de integración dijeron que la salida a la crisis pasa por un diálogo que “debe buscarse internamente, apoyado por un proceso de mediación”. Este texto recibió el elogio de Rodríguez porque, a su juicio, deja claro la importancia del principio de no intervención en asuntos internos de otros países, pieza clave del argumento de Caracas.

“Los términos del comunicado no deben sorprender, son propios de la posición que han asumido los países de Caricom. Si bien la inferencia que se ha hecho es que favorecen el diálogo con mediación, invito a revisarlo; señala con extremada prudencia diplomática que la solución a la situación en Venezuela debe buscarse ‘internamente’ y respaldada por un proceso de mediación. No hay compromiso con los mecanismos ni actores que participarían en la mediación”, expresó Yonis.

“El comunicado de Caricom aboga por el Estado de derecho, la democracia y el diálogo en Venezuela. No apoya a Maduro sino que diplomáticamente le recuerda sus deberes; no es un texto complaciente, sino neutro. Caricom parece que empieza a tomar distancia de Venezuela” expresó Romero.

Los caribeños emitieron el texto oficial en el que reflejaron los acuerdos del encuentro. Allí reiteraron “su apoyo inequívoco” a la soberanía y la integridad territorial de Guyana” ante el reclamo histórico de Venezuela por el Esequibo. Expertos que optaron por el anonimato coincidieron en que muestra que el interés del Ejecutivo de Maduro en el encuentro era ganarse la voluntad del Caribe y no el territorio en reclamación.

Un aliado de Venezuela, el primer ministro de San Vicente y las Granadinas, Ralph Gonsalves, allanó el camino de la canciller Rodríguez. Envió una carta a Caricom en la que denunció intentos de factores externos de dividir al Caribe para favorecer acciones contra Caracas. El segundo viceprimer ministro de San Vicente y las Granadinas, Sir Louis Straker, reiteró la denuncia el 18 de mayo en el primer día de la reunión caribeña.

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El primer ministro de San Vicente y las Granadinas, Ralph Gonsalves. Cortesía Caricom

Actividad diplomática

Caracas parecer haber dado instrucciones a sus embajadas en el Caribe para que se aproximen a los respectivos gobiernos. El jefe de la misión de Venezuela en Barbados, Francisco Pérez Santa, dio una rueda de prensa el 17 de mayo un día antes del encuentro de Caricom, en la que pidió a Bridgetown apoyo, publicó el diario Barbados Today. “Solo queremos que respeten nuestra soberanía, nuestra independencia; solo queremos ser libres y queremos el apoyo del Caribe a nuestra soberanía”, agregó.

La embajadora de Venezuela en Trinidad y Tobago, Coromoto Godoy, denunció ese mismo día, en rueda de prensa, que Estados Unidos está detrás las marchas de la oposición venezolana.

“Estos dos países son clave en el Caribe y se busca que hagan un posible contrapeso a las posiciones de Jamaica y Guyana (a favor de la oposición). Aunque comenzó el proceso de denuncia de la Carta de la OEA, el Gobierno de Venezuela no renuncia al juego diplomático de aminorar o retrasar las propuestas y acciones que se puedan llevar a la reunión de consulta de cancilleres”, aportó Yonis.

Barbados votó el 26 de abril en el Consejo Permanente de la OEA a favor de una reunión de cancilleres para analizar la crisis en Venezuela y el 15 de mayo aprobó que se hiciera el 31 de mayo.

Trinidad y Tobago se ha abstenido de secundar cualquier decisión contra Venezuela en la organización hemisférica. En 2016 Caracas acordó comprar a Puerto España 50 millones de dólares en alimentos. El 14 de marzo de este año firmaron un documento que establece la construcción de un gasoducto de Campo Dragón (costas afuera), al norte del estado Sucre, hasta Campo Hibiscus, que permitirá suministrar gas a la isla caribeña. El diario oficialista Correo del Orinoco publicó una nota el 21 de mayo en la que informaba que Pdvsa y la petrolera Shell evaluaron el avance en las negociaciones.

La embajadora de Venezuela en Guyana, Reina Arratia, pidió el 23 de mayo, en una rueda de prensa en Georgetown, el apoyo al Ejecutivo de Maduro para salir airoso ante las protestas opositoras. Ningún medio reflejó que la diplomática haya hablado algo  sobre el reclamo venezolano por el Esequibo, en manos de un buen oficiante de la ONU.

Una delegación de Petrocaribe acordó con Surinam aumentar la exportación de úrea venezolana al país caribeño. Entre septiembre y octubre deben llegar a Paramaribo 4.000 toneladas métricas de úrea y en 2018 17.000 toneladas métricas a la empresa Rice Manufacturing. Esto ayudará a ampliar la capacidad de exportación del cereal a Brasil, Jamaica y Portugal.

Maduro participó el 12 de abril en la LXIV cumbre de la Organización de Estados del Caribe Oriental (OECS, según sus siglas en inglés). Buscó, según expertos, mantener el apoyo en la OEA de seis de sus diez integrantes (Antigua y Barbuda, Dominica, Grenada, San Cristóbal y Nieves, San Vicente y las Granadinas y Santa Lucía, isla que ha sido díscola).

La estrategia hacia el Caribe es tan evidente que expresidentes de países de Iberoamérica solicitaron a los Gobiernos de los Estados de esa región a “evitar los chantajes” y a restaurar la democracia en el país suramericano.

Por las redes sociales ha circulado una supuesta propuesta de resolución de Antigua y Barbuda en la que exhorta al Gobierno de Venezuela a suspender el llamado a una asamblea nacional constituyente; respetar la Asamblea Nacional; liberar los presos políticos y adoptar un calendario electoral, y ofrece un nuevo “grupo de contacto para facilitar y mediar en un nuevo proceso de diálogo”.

¿Por qué los caribeños?

Los países de Caricom son clave para Venezuela ante la pérdida de apoyos en Suramérica (cuenta con Bolivia y la incógnita de Ecuador con el nuevo mandatario Lenín Moreno), la ausencia de identidad con Norteamérica (Estados Unidos Canadá y México) y la división en Centroamérica (solo la acompañan El Salvador y Nicaragua).

La OEA está integrado por 34 Estados. De ellos, 14 están son del Caribe no hispanoparlante, que representan 41 % de los sufragios:

  • Antigua y Barbuda
  • Bahamas
  • Barbados
  • Belize (también centroamericano)
  • Dominica
  • Granada
  • Guyana
  • Haití
  • Jamaica
  • San Cristóbal y Nieves
  • Santa Lucía
  • San Vicente y las Granadinas
  • Suriman
  • Trinidad y Tobago.

A Caricom la conforman esos 14 países más la isla de Montserrat. De ellos, seis (Dominica, Antigua y Barbuda, San Vicente y la Granadinas, Granada, Santa Lucía y San Cristóbal y Nieves) forman parte de la Alternativa Bolivariana para los Pueblos de Nuestra América (ALBA), propuesta impulsada por Venezuela para oponerse al Área de Libre Comercio de las Américas (ALCA).

Once de los 15 miembros de Caricom (Antigua y Barbuda, Bahamas, Dominica, Granada, Guyana, Haití, Jamaica, San Cristóbal y Nieves, San Vicente y las Granadinas, Santa Lucía y Surinam) también son signatarios de Petrocaribe, acuerdo para venderles petróleo a crédito, con ventajas y que parte de la deuda se pueden pagar con bienes y servicios. Solo dos de los caribeños de la OEA no se benefician de este esquema de cooperación: Trinidad y Tobago y Barbados.

Mientras Hugo Chávez estuvo en el poder en Venezuela y los precios del petróleo fueron altos, Estados caribeños votaron a su favor. Su muerte, la pérdida de fuerza de la petrodiplomacia chavista y radicalización de la posición de Guyana frente al reclamo por el Esequibo (quiere que el tema lo maneja la Corte Internacional de Justicia) ha debilitado esa cercanía.

De esos 14 países, Guyana, Jamaica y Barbados y Bahamas han votado contra los intereses de Caracas, mientras que Santa Lucía y Belize van de la abstención al apoyo al grupo que no acompaña a Venezuela. Trinidad y Tobago, por ejemplo, se ha abstenido y Granada se ha ausentado en las últimas tres votaciones sobre Caracas.

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Imagen cortesía página web Caricom

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